Las Consecuencias, Parte Tres

Neve había estado contenta de haber hecho esta compra todo el día.

Primero, por la sonrisa que había aparecido en el rostro de Erin cuando lo vio.

Y ahora, porque la cama en la que le estaban haciendo sexo oral era tan increíblemente cómoda.

En cámaras lujosas dignas de un señor, Neve yacía en una cama sobre sábanas de seda rojas, con las piernas abiertas mientras Charlotte se sumergía entre ellas mientras los fuegos artificiales estallaban afuera, más allá de la ventana abierta.

Neve no podía ver el espectáculo, sin embargo, ya que tenía los ojos cerrados, sumergida en la sensación de la lengua de la periodista deslizándose arriba y abajo por su clítoris.

Parecía que Charlotte había estado esperando este momento por un tiempo, y su rendimiento no decepcionaba.