No Nací

Al día siguiente, Arabella se despertó en los brazos de Fernando.

Pensó que había despertado primero pero Fernando solo estaba esperando que ella despertara.

—Caramba. Está fingiendo estar dormido otra vez para ver qué haría —se dio cuenta a través de sus pensamientos. No caería en eso por segunda vez. Ayer en el palacio, él sabía que ella lo había mirado por un rato antes de intentar liberarse de su abrazo.

Arabella se sobresaltó cuando sintió algo caliente y cálido rozar su vientre. Era la erección matutina de Fernando. Se dio cuenta de que ambos seguían desnudos.

—Cierto, pasamos horas haciendo todo tipo de cosas anoche —se sintió tan bien que se quedó dormida después de que Fernando la hiciera alcanzar el clímax de placer varias veces. Ella se aseguró de hacer lo mismo por él cada vez.

Aun no habían llegado al final, pero disfrutaron mucho la noche anterior.

—Fernando, me está rozando —dijo Arabella para que él dejara de actuar.