Arabella no se sintió herida por las palabras de Lucille sobre ella, ya que era algo que había ocurrido hace mucho tiempo. Realmente ya no le importaban todas esas cosas.
Sin embargo, aún se sentía muy decepcionada de que alguien a quien una vez consideró su mejor amiga ni siquiera la viera como una amiga.
Después de todo, una vez pensó que entre sus amigas, Lucille era quien más la entendía. Que ella era en quien más podía confiar y con quien más se podía relacionar. Pero aparentemente no.
—Uf. No necesito otra Reneé. Ya tengo suficiente tratando de construir mi reputación en Valeria y cuidar mi imagen.
Arabella se preguntaba qué debería hacer para que Lucille dejara de ser tan envidiosa e insegura hacia ella. Si Lucille causaba más problemas que estos, sería problemático. Ya tenía suficiente en su plato en este momento.
—Supongo que ya no es mi problema. Mientras solo lo piense en su mente como lo hace Alwin, no tengo que hacer nada.