Buenos días

Arabella se despertó temprano al amanecer envuelta en los brazos de Fernando.

Con razón se sentía tan cálido.

Probablemente no sentiría frío a pesar de varias capas de mantas durante el invierno si lo tuviera a su lado.

Su cuerpo había sido sensible al frío desde que era joven, algo que heredó de su madre.

Esto era una de las preocupaciones que Aletha abordó cuando llegó a Riva.

Aletha informó a las otras doncellas que siempre vistieran a Arabella abrigada, o que trajeran algo para ella cuando hiciera incluso un poco de frío.

Todavía era verano, así que estaba sufriendo por el calor, pero una vez que llegue el invierno, se sentiría aún peor.

Era bastante contradictorio que se casara con alguien que una vez fue un dragón de hielo cuando ella era sensible al frío.

Pero Fernando no era en absoluto frío.

Su cuerpo siempre era más cálido que el de ella, y la calentaba cada vez que estaban juntos.

De alguna manera, siempre se sentía cálido cuando él estaba cerca.