Después de todos los días repletos de reuniones y socialización, finalmente llegó el último día de la Asamblea anual.
Hoy se había programado una fiesta como celebración del éxito de la Asamblea y todos los vínculos que se formaron en este encuentro.
Y, por supuesto, Arabella y Fernando tenían que asistir.
—Estás deslumbrante —Fernando besó el dorso de la mano de Arabella cuando vino a escoltarla.
Ella no pudo evitar sonreír y sonrojarse al ver la expresión en su rostro.
Cuando las criadas finalmente le permitieron entrar en su habitación, Fernando abrió los ojos de par en par y permaneció sin palabras durante varios segundos antes de recomponerse y elogiarla.
Parece que todo el arduo trabajo de sus criadas había dado frutos.
Hicieron más que un buen trabajo al vestirla y arreglar su maquillaje y cabello.
Las criadas de Arabella la habían arreglado más de lo usual, así que Fernando tuvo que esperarla un rato.
Por suerte, su esposo había aprendido a ser paciente.