Tan Concentrado

Fernando los teletransportó al comedor donde la comida ya estaba preparada.

Arabella le había pedido a Alfredo que preparara una comida abundante antes de que fuera y pidiera a Fernando que comiera. Debido a la situación, ella no quería que él perdiera tiempo esperando cuando estaba tan ocupado y preocupado que ni siquiera había ido a verla.

—Has perdido algo de peso —Fernando frunció el ceño y le acarició suavemente las mejillas.

«¿Cómo podría haber perdido tanto peso en el lapso de unas horas?»

«¿Horas? ¿Qué quiere decir?»

—¿Lo hice? No lo noté —Arabella revisó sus manos, y no pudo notar ninguna diferencia. Era cierto, sin embargo, que no tenía apetito. Estaba preocupada por Alwin, y ya no estaba acostumbrada a comer sola tres veces al día. Se había acostumbrado a comer con Fernando al menos una vez al día.

«Debo haberla hecho sentir sola, dejándola así sin explicarle lo que estaba pasando.»

—¿Cuánto tiempo ha pasado desde que comencé a buscar a Alwin? —inquirió Fernando.