—¿Estás bien? —preguntó Xiao Zimo al ver a Yu Dong gimiendo sobre el mostrador de la cocina común.
Estaba allí para preparar el desayuno para todos, incluidos los del refugio, cuando notó que Yu Dong entraba a la cocina con una expresión preocupada en su rostro. —¿Te pasa algo?
Algo le pasaba a Yu Dong, hoy ella estaba medio preparada para contarles a sus esposos sobre ella y Xiao Hua, pero luego Chen Mi se enfadó y ella tragó lo que quería decir. Llámala cobarde, pero ella conocía demasiado bien a Chen Mi, cuando él se enfadaba era mejor no darle otro objetivo o de lo contrario descargaría su ira sobre el siguiente.
Si les hubiera contado sobre Xiao Hua, entonces estaba medio segura de que habría sido ella a quien Chen Mi habría perseguido con un cuchillo en la mano, y dado que no quería dar un espectáculo gratuito a las personas que vivían bajo el refugio, decidió que era mejor quedarse quieta.