Pillé un resfriado

Yu Dong sonrió a Li Hanjing de manera incómoda, señaló hacia el cuarto de Xiao Hua mientras llevaba la bandeja en la otra mano y dijo —La ventana de Xiao Hua está cerrada y como sabes, tengo miedo de pasar por la puerta principal, ¿te importaría si paso por la tuya?

—Bueno, puedes, pero Hua Hua está enfermo hoy —dijo Li Hanjing con un suspiro, causando que los ojos de Yu Dong se ensancharan un poco. Se apresuró hacia el cristal de la ventana y puso la bandeja de porridge en el alféizar mientras decía:

— ¿Cómo se enfermó?

—Hua Hua siempre ha sido débil desde que era joven —dijo Li Hanjing con una mirada nostálgica en sus ojos—. Era delicado incluso cuando era niño y eso no ha cambiado después de que creció tampoco. No puede soportar el frío y con sus hábitos de sueño inquietos, pateó la manta... —Li Hanjing suspiró profundamente mientras sacudía la cabeza—. Anoche pateó la manta y ahora está estornudando y resoplando desde la mañana.