—Siéntate —Wu miró a Yu Dong, quien parecía indiferente a su condición, y luego giró para mirar a Yue Hua, cuyos ojos mostraban preocupación al mirarla—. Y Yue Hua, trae algunos vendajes contigo, le vendaré a esta tonta muchacha para evitar que se desangre en mi casa.
Yu Dong quería rechazar pero antes de que pudiera hacerlo, Wu lanzó una mirada fulminante y dijo —¿No sabes que se considera de mala suerte sangrar en la casa de otra persona? ¿Quieres que me muera? ¡Soy demasiado joven para eso!
Al ver que no había forma de rechazar a Wu, Yu Dong no tuvo más remedio que sentarse pacientemente. Sin embargo, incluso después de sentarse seguía espiando dentro de la habitación donde Wu Junfen estaba examinando a Fang Chi, esperaba que su abuela pudiera salvar a Fang Chi y a su hijo, pues si algo le sucedía a Fang Chi, ella nunca se lo perdonaría.