Yu Dong no estaba en condiciones de controlarse a sí misma o su ira, pero sabía que Shen Li tenía razón, aunque sentía que el mundo entero se derrumbaba, ¡todavía tenía que recobrar el autocontrol! Porque no era ella quien más iba a sufrir, sino Fang Chi y por él, tendría que controlarse.
Cerró los ojos y apretó los dedos con toda la fuerza que pudo antes de exhalar y luego levantar la cabeza para mirar a Wu Junfen mientras preguntaba —¿Entonces, Chi está bien?
—Está bien por el momento, aunque el veneno ha llenado su vientre, tu hija... ella parecía haber absorbido todo el veneno y protegido a su papá y a su hermanito —Wu Junfen estaba muy sorprendida de encontrar que detrás del joven tritón, una pequeña bebé también luchaba por su vida. No tenían nada que les permitiera hacer una ecografía del vientre de Fang Chi y, dado que la niña estaba envenenada desde el principio, nunca hizo ningún movimiento, lo que hizo imposible detectarla.