—No eres un cultivador del Reino de Fundación de Establecimiento de Bajo Rango —gritó el jefe.
—Nunca dije que lo fuera. Fuiste tú quien lo asumió —dijo Bai Xifeng.
—¿Cómo podrías ser un alquimista? —el jefe gritó de nuevo.
—¿Eh? ¿Por qué no puedo ser alquimista? ¿Necesito tu permiso para serlo? No creo que nos conozcamos —Bai Xifeng inclinó la cabeza.
El jefe se enfureció más. Comenzó a atacar a Bai Xifeng sin piedad. Bai Xifeng evitó el ataque varias veces. Ella levantó la vista. El cielo se oscurecería si retrasaba más este asunto.
—Si quieres matar a alguien, deberías saber que habrá alguien que vendrá tras de ti. En cuanto a ti, la persona que reclamará tu vida seré yo —Bai Xifeng sonrió.