—Xifeng, ¿por qué el Pabellón Shanghái te dio el dinero? —preguntó Ning Shoukai.
Él estaba sorprendido de ver a Si Yingjie darle mucho dinero a Bai Xifeng.
—¿Eh? ¿Os lo había contado? —preguntó Bai Xifeng.
—¿Contar qué? —Ning Shoukai estaba confundido.
—Las píldoras y elixires que se subastaron ayer son todos míos —Bai Xifeng soltó la bomba.
—¿Qué? —Ning Shoukai estaba impactado.
—Eh, ¿realmente no os lo conté antes? —Bai Xifeng pensó en eso.
—No... no lo sabía —dijo Ning Shoukai.
—Bueno, ahora ya lo sabes —Bai Xifeng sonrió—. Vamos a parar en el restaurante. Tengo antojo de unos pasteles.
Se detuvieron en el restaurante. Ambos entraron al restaurante. Se sentaron en el restaurante. Un camarero se acercó con el menú. Lo puso delante de Bai Xifeng y Ning Shoukai.
—Ya que estamos aquí, comamos —dijo Bai Xifeng.
—Claro —dijo Ning Shoukai.
Empezaron a elegir la comida del menú. Decidieron varios platos. La comida llegó y comenzaron a comer.