Bai Xifeng se saludó primero con la emperatriz viuda y la Emperatriz Miao Yu. La emperatriz viuda sonrió.
—Señorita Bai, este es el farmacéutico He Qiang y su discípulo, Ma Changying. Esta es la farmacéutico Li Baozhai y su discípulo, Dong Liang. Ellos son usualmente los que atienden mi enfermedad. —La emperatriz viuda presentó a las personas a Bai Xifeng.
Bai Xifeng los miró y asintió en forma de saludo.
—¿Señorita Bai, la hija del General Bai? —Li Baozhai preguntó.
Bai Xifeng entrecerró sus ojos al escuchar el tono que Li Baozhai usó. Sonaba condescendiente.
—Sí, lo soy. ¿Hay algo mal con mi identidad? —Bai Xifeng preguntó.
—Bueno, escuché que antes eras alguien que no podía cultivar. Me pregunto cómo alguien así puede ser farmacéutico. —Li Baozhai articuló sus palabras.
—¿Cuál es tu punto? —Bai Xifeng levantó su ceja.
—Simplemente no puedo creer que alguien así pueda ser farmacéutico. ¿Te has registrado en la Orden de Farmacéuticos? —Li Baozhai preguntó.