La idea de monopolizar el mercado ya le había pasado por la mente antes.
Amalia no había dicho nada, pero Kenny Lin ya lo había mencionado primero.
—¿Deberíamos esperar hasta que las criaturas mutadas comiencen su ataque a la ciudad?
—No necesitamos esperar. Debemos actuar ahora. Incluso si el Fuegobúho se vuelve sospechoso, el día del ataque, es probable que su territorio tenga menos guardias.
Amalia ya no se preocupaba por su seguridad, ya que no necesitaban desenterrar todos los árboles.
Los dos decidieron separarse y ocuparse del asunto antes del amanecer.
Después de discutir los detalles de su plan, Kenny Lin se fue.
Amalia se quedó en su lugar y esperó su señal.
Ella esperaba que la señal de Kenny Lin fuera algo como fuegos artificiales en el cielo, pero se sorprendió cuando sintió temblar el suelo.
La explosión provino de la parte central de la zona montañosa, que era el verdadero refugio del Fuegobúho.