Investigación (Parte 5)

—Puedes elegir estar de acuerdo o puedes elegir no estarlo —dijo Amalia simplemente, arrojando la decisión en sus manos.

La familia de tres se agrupó, deliberando si su propuesta valía la pena considerar.

Tras unos momentos, el hombre de mediana edad que actuaba como su representante preguntó:

—Entonces, ¿estás diciendo que si testificamos y admitimos que mi hijo, Eduardo Noriega, cometió asesinato y contrabando, nos devolverás los activos tomados por Josu Urrutikoetxea y Ángel Solana?

Tres pares de ojos se fijaron intensamente en Amalia.

Al lado, Ernesto rodó los ojos.

Claramente, a la familia de Eduardo Noriega le importaba más su propio bienestar que la suerte de su difunto familiar, a pesar de que era su propia carne y sangre.

—Es correcto —Amalia asintió lentamente.

—¿Cómo sabemos si lo que dices es verdad? ¿Nos engañarás? —La mujer de mediana edad que se mostraba ansiosa por recuperar su anterior estilo de vida acaudalado, habló a pesar de su dolor.