El Ganador (Parte 1)

El Rey del Mar apareció instantáneamente en su camino —Primero tendrás que pasar por mí.

El Megalodón Primal abrió su boca con ira, escupiendo una ráfaga de llamas abrasadoras.

El fuego era tan intenso que incluso el agua de mar circundante no pudo extinguirlo y se disparó directamente hacia el Rey del Mar.

El Rey del Mar levantó la mano, transformando el agua de mar en paredes sólidas.

Las llamas atravesaron las paredes, rompiéndolas como cristal con un sonido chisporroteante, pedazo a pedazo.

Finalmente se detuvieron después de atravesar una docena de paredes.

El Rey del Mar escupió más sangre, que flotaba en el agua, mezclada con pedazos de órganos internos.

—¡Date prisa, ve! —instó el Rey del Mar a Amalia, al ver que aún no se había movido.

—Es demasiado tarde —dijo Amalia, viendo al feroz Megalodón Primal acercarse en un abrir y cerrar de ojos, con sus enormes mandíbulas bien abiertas.

Comparados con el enorme Megalodón Primal, parecían minúsculos.