Maestro Lian (Parte 3)

—El Bulldrome lanzó un grito agudo y dolorido, y el dolor lo llevó a un frenesí.

—Amalia retrocedió rápidamente.

—El Bulldrome, que no pudo encontrar a su atacante, siguió su instinto y cargó hacia la presencia más fuerte que podía sentir.

—Desafortunadamente para el grupo del hombre de la túnica blanca, ellos fueron los blancos elegidos.

—El joven, que esperaba que Amalia fuera asesinada por el jabalí, quedó impactado.

—¿No estaba ella apuntando al anillo dorado?

—Después de unos segundos caóticos, lograron lidiar con el Bulldrome ahora ciego.

—Amigo —el hombre de la túnica blanca envainó su espada y se acercó a Amalia.

—Quédese donde está —ordenó Amalia, deteniéndolo en su camino.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó uno de los jóvenes cultivadores con enojo.

—Debería ser yo quien te lo pregunte. Afirmáis ser sus compañeros de discipulado, pero no veo pruebas de ello —Amalia replicó mientras miraba al hombre herido.