Delante de Hannah se sentaba una mujer elegante que parecía apenas tener treinta años, pero no era otra que la señora Miller. Aunque originalmente del País W, su matrimonio con Kyle había llevado a todos en el País S a referirse a ella como la señora Miller, borrando su nombre original de la memoria.
Con un rostro perfecto que reflejaba su herencia mixta, la expresión de la señora Miller estaba tensa mientras fruncía el ceño fríamente —No esperaba que una simple chica mostrara tal falta de respeto hacia alguien de la familia Miller. Bien, muy bien.
Hannah limpió sus lágrimas delicadamente, luciendo frágil —Mamá, por favor no culpes a mi hermana.
—Incluso después de cómo te trata, ¿aún la llamas 'hermana'? Liliana, no me hagas arrepentirme del afecto que te he mostrado —respondió la señora Miller con frialdad, sus ojos brillando con escarcha.
Hannah agarró rápidamente su mano —Mamá, realmente no quiero que te enojes por mi culpa.