—Sí... Entiendo. —susurró la criada temblando.
—Hmph. ¿Alguien como tú, una plebeya sucia, se atreve a aspirar a alguien como Logan? Saca esa idea de tu cabeza. Si cometes un solo error, entonces... —la dureza de su voz al otro extremo hizo que la criada se estremeciera. —.
Con las manos temblorosas, la criada contuvo las lágrimas y pulsó el botón de grabación en su teléfono. —Señorita Fox... ¿puedo ver a mi familia? Por favor, no les haga daño. Haré todo lo que me pidas.
—Cumple tu tarea y quizás lo considere —llegó la respuesta fría y arrogante—, seguida de una risa desdeñosa—. Tú, una simple sirvienta, ¿te atreves a hacerme exigencias?
—¡No! Señorita, yo no me atrevería... —la voz de la criada se quebró mientras suplicaba, sus lágrimas caían libremente—. Han pasado dos años desde que los vi. ¡Los extraño tanto! Por favor, Señorita, te lo ruego... Haré todo para ayudarte a incriminar a Ella para que no pueda escapar, pero... ¡solo quiero ver a mi familia!