Los ojos de Brandon se abrieron de par en par, incrédulos, mientras miraba al hombre vestido de negro que llevaba gafas de sol.
El hombre se burló y habló en el idioma del País W, su voz llena de veneno. —Maldito seas, hombre del país S. Si expones este secreto, la persona que amo será completamente arruinada... ¡Así que tenía que ocuparme de ti personalmente para evitar cualquier cabo suelto!
Brandon apretó los puños con fuerza, pero su conciencia comenzó a desvanecerse rápidamente.
En sus últimos momentos, su mente conjuró la imagen de la radiante sonrisa de Ella, de ella abrazándolo fuertemente...
—Ella... Ella... —murmuró.
Cuanto más inalcanzable era ella, más profundamente se grababa en su corazón. Toda su vida había girado en torno a Ella: vivir por ella y ahora, morir por ella.
Los ojos de Brandon permanecieron bien abiertos, su muerte llena de remordimiento.