Reconociendo Su Identidad

Ella se recostó suavemente en el abrazo de Eric, sus dedos rozando sus manos ligeramente ásperas. —Sé que has estado trabajando duro estos días —dijo ella suavemente.

Aunque no lo presionó, Ella sabía que Eric rara vez trabajaba tan tarde. En el pasado, siempre llegaba a casa a tiempo para la cena y luego la llevaba a dar un paseo. Para que se quedara en la oficina hasta las 10 p.m., debía estar sucediendo algo excepcionalmente importante.

Además, Eric siempre había sido franco con ella sobre todo, pero ahora parecía que estaba deliberadamente ocultándole algo.

—¿Cómo te sientes hoy? —preguntó Eric, recostándose en el sofá y besándola suavemente en la mejilla.

—Bastante bien. Mucho mejor que de costumbre —respondió Ella con una sonrisa.

Eric puso una mano en su cintura y empezó a masajear suavemente. —¿Aún te duele?

Ella soltó una risita. —Ya no. Mi cuerpo parece estar recuperándose bastante bien estos últimos días.