Ella quería hablar, pero cuando abrió la boca, no salió ni una sola palabra. Era como si su sistema neuronal estuviera congelado, dejándola incapaz de controlar su cuerpo.
Ella se puso de pie de un salto, abrumada por el shock y el miedo. No era la primera vez que esto ocurría. A veces, cuando se despertaba en mitad de la noche y veía a Eric ir al baño, intentaba saludarlo, solo para encontrarse incapaz de hablar.
Inicialmente lo había descartado como agotamiento o cambios hormonales debido al embarazo, restándole importancia como si no fuera nada grave. Pero recientemente, con todo lo que tenía en mente, una inquietante sensación de temor había comenzado a colarse. Ahora de pie, su dolor de cabeza se intensificó, y su visión giró violentamente.
—¡Ella!
A través de la neblina, escuchó dos gritos desesperados. En el siguiente momento, se desplomó en los brazos de alguien.
Luke, sin dudarlo, la recogió y corrió hacia afuera.