La Carta Misteriosa

—¿Es una carta de amor? —preguntó Mia, intrigada, mientras levantaba la carta y le daba un olfato. No llevaba ningún perfume.

—Mia, ¿qué es eso? —Ella salió y notó que Mia olfateaba la carta. Sus cejas se fruncieron ligeramente.

Mia levantó la cabeza. —Solo hay una carta dentro de la caja, pero aún no la he abierto. Para estar segura, ¿quieres que la abra por ti?

Ella asintió. —De acuerdo, ¡pero ten cuidado!

Mia sonrió. —¿No te diste cuenta? Ya llevo puestos guantes.

Solo entonces Ella notó los guantes transparentes en las manos de Mia. Si el sobre estuviera impregnado de veneno, no afectaría a Mia.

Mia abrió la carta, revelando una hoja delgada de papel con solo unas pocas líneas escritas.

En vez de leerla ella misma, Mia extendió el papel para que Ella pudiera leerlo claramente.

Ella escaneó las líneas, su rostro se oscureció mientras leía: