Después de llegar a casa, Ella envió a Eric el contenido de la carta que había fotografiado.
Eric le echó un vistazo brevemente, sintiendo que su corazón daba un vuelco. El estilo... era escalofriantemente similar a la nota recibida cuando la Abuela Davis falleció. Eso solo podía significar una cosa: quizás la misma persona estaba detrás de ambas notas.
—Cariño, no me lo ocultes. ¿Has recibido notas similares antes? —preguntó Ella suavemente.
Los dos pequeños bollitos estaban en el suelo, a punto de quedarse dormidos. Después de gatear un rato, se habían cansado y ahora estaban allí, desparramados perezosamente, luchando por mantener los párpados abiertos.
Su adorable estado le calentaba el corazón a Eric. Se agachó, recogió al pequeño Dorian y le dio palmaditas suavemente en la espalda, mientras Elias ya se había quedado dormido por su cuenta.