¿Escapar?

Mason estaba tanto impactado como furioso, pero estaba demasiado débil para levantarse. Su racionalidad apenas se mantenía por un hilo. —No... le hagas daño, o... puedes olvidarte de mi inversión...

Fue entonces cuando se dio cuenta de lo ingenuo que había sido, confiando incondicionalmente en Isaac. Después de todo, Isaac era una persona peligrosa, obsesionada con su investigación, pero capaz de hacer innumerables actos inhumanos.

Mason había sido traicionado por alguien de su propio bando y se sentía increíblemente resentido. Su fuerza se desvanecía gradualmente.

—Lo siento, es precisamente porque intentaste detenerme que tuve que drogarte —se rió Isaac—. Pero no te preocupes, pequeño Elias, ¡Tío se asegurará de que tengas un buen futuro!

La sonrisa de Isaac era más bien una mueca siniestra. Elias, tan joven, no tenía idea de lo que estaba pasando. Miró a Mason, luchando en el suelo, y dijo —¡Oh no, el tío malo se cayó! ¿Mamá, deberíamos ayudarlo a levantarse?