Despreciado

Se sentía como un cuchillo clavándose en su pecho.

El dolor la invadió en oleadas... hasta que poco a poco se entumeció.

Aurora no sabía cuánto tiempo había estado sentada allí, aferrada a su teléfono en un aturdimiento.

No fue hasta que un suave toque en la puerta rompió el silencio que volvió a la realidad.

Dominic y Eleanor entraron, sus rostros llenos de preocupación. Se sentaron junto a ella en la cama, cada uno tomando una de sus manos.

—Aurora, ¿estás bien? —preguntó Dominic con dulzura.

En los últimos siete días, ella y Eleanor apenas se habían separado de su lado.

Courtney, después de agotar todos sus días libres, había estado con Aurora durante cinco días antes de tener que volver al trabajo.

—Aurora, sé que romper con Alexander debe ser doloroso para ti —dijo Eleanor con una voz tranquila pero firme—. He conocido a muchos artistas, pero pocos son tan dedicados como tú. Es admirable... pero necesitas reponerte.