UNA TONALIDAD MÁS BLANCA DE PALIDEZ - PARTE 2

—¿Quién eres? —preguntó, confundido sobre quién era ella mientras ella sonreía tiernamente hacia él.

—Soy quien te ama —susurró, acercándose.

—…Dahlia —respiró Carter, observando cómo el rostro de Finola cambiaba mágicamente de forma, convirtiéndose en el de sus amadas compañeras—. Mi dulce Dahlia… estás aquí.

—Sí, Carter, estoy aquí por ti, así que cumple tu promesa y bésame.

—No, tú no eres ella, no eres mi compañera —discutió.

—¿Mi aroma no es una dulce tentación para tu alma? —sopló su aliento en su nariz, intentando lanzar otro encantamiento.

—Eres dulce como la delicada fragancia de las madreselvas que flotan en una suave brisa de verano —la ronca voz de Carter respiró las palabras que ella deseaba desesperadamente escuchar.

—Dulce como un cálido viento de verano que me lleva hacia ti —susurró muy suavemente Dahlia, mientras estaba sentada frente a él.

—No... Esto no es real. Tú no eres Dahlia —hubo una pausa. La duda surgió en la mente nublada de Carter.