UNA BLANCURA MÁS PÁLIDA - PARTE 1

—¡No! —gruñó la vieja bruja con irritación—. Jalar las púas de la flecha hacia atrás desde el cuerpo está causando daño y está filtrando más veneno mortal a su sangre.

—Empujar la punta envenenada a través causará menos daño. Una vez que salga del cuerpo, limpiaré el acónito de la herida. Su lobo se encargará del resto.

—Pero debemos apurarnos —explicó la bruja—. Presiento que el espíritu de su lobo se está desvaneciendo y debilitando.

—Primero, tenemos que romper las plumas de la flecha —instruyó la vieja, mirando a Angus ya que él era la persona más fuerte en la habitación.

—Muéstrame dónde —frunció el ceño con impaciencia a la bruja. Ella señaló con su dedo huesudo el área de la flecha que quería que se quitara.

Angus la rompió con facilidad, dejando solo la madera mientras descartaba las plumas en el suelo.