Yan Yue se mordió el labio afligida, pero luego logró poner una sonrisa adecuada. —Abuelo, sé que tienes un cariño especial por Jian Yufei. Me esforzaré por ser una buena nieta política en el futuro y ganarme tu afecto —dijo.
—Abuelo, Jian Yufei y yo ya estamos divorciados —señaló Ruan Tianling con indiferencia—. Ahora, la mujer con la que planeo comprometerme es Yue Yue.
Yan Yue lo miró, profundamente conmovida. El solo hecho de que él la defendiera hacía que todas sus quejas valieran la pena.
—Papá... —Ruan Mingtao intentó decir algo para consolarlo, pero el anciano le hizo un gesto para que dejara de hablar.