Ya le había fallado dos veces al ponerla en peligro, jurando que nunca la dejaría enfrentar el peligro de nuevo. Usaría todo lo que tenía para protegerla y evitar que volviera a ser lastimada. Jian Yufei asintió, finalmente capaz de relajarse por completo.
—¿Qué me pasa? —ella preguntó tardíamente.
Los ojos de Ruan Tianling se oscurecieron. ¡Si hubiera llegado un momento después, ella podría haber muerto! La mera idea de esto hizo que su corazón se apretara de dolor, como si alguien lo estuviera estrujando despiadadamente. Tocó su frente y miró su rostro hinchado y distorsionado. No la encontró fea en absoluto. En cambio, sintió un profundo dolor... devastado, completamente devastado...
—¿Qué me pasa realmente? —Jian Yufei se inquietó un poco cuando él no respondió.