Noticias inesperadas

Desperté gimiendo de dolor. Cada músculo de mi cuerpo dolía, y una sensación aguda y punzante se irradiaba desde mi pecho. Instintivamente, traté de incorporarme.

Unas manos fuertes inmediatamente presionaron mis hombros, instándome a volver a la cama. —Quédate quieta, Lyla. Vas a romper los puntos.

Parpadeé, tratando de enfocar el rostro que flotaba sobre mí. No era la Niñera, sino su amiga, la Mujer Sabia. —¿Terra?

Asintió, ajustando algo en el goteo del IV conectado a mi brazo. —Has estado inconsciente durante dos días.

—¿Dos días? —Intenté incorporarme de nuevo—. ¡Necesito ir a ayudarlos a luchar!

Terra negó con firmeza. —No. La lucha ha terminado. Los Ferales se retiraron después de que caíste.

Los recuerdos de la pelea inundaron mi mente: la batalla, el extraño encuentro con Nymeris, las llamas azules surgiendo de mis manos, y luego... Cassidy y su espada atravesando mi pecho.