¿Quién eres tú realmente?

Vincent estaba afuera, disfrutando de un cigarrillo. Una mano sostenía el cigarrillo colocado entre sus largos dedos, mientras la otra jugaba con una pequeña navaja plegable y complicada que parecía más un llavero.

—Jefe, conseguimos la información que estaba buscando —le informó uno de los hombres de Vincent cuando se le acercó.

Vincent exhaló pausadamente una nube de humo, tiró la colilla del cigarrillo al suelo, la aplastó con su pie y tomó el teléfono que le entregó el hombre.

Escuchó la voz al otro lado de la línea y respondió:

—Envíen todos los detalles que obtengan —antes de colgar.

Mientras tanto, en el sótano, los largos gritos de un hombre finalmente habían cesado, quedando solo la voz desesperada del segundo hombre que resonaba:

—¡Les diré todo! ¡Por favor, no me hagan esto! Sonaba completamente aterrorizado.

Una sonrisa malévola se extendió por los labios de Vincent. —Vamos a ver qué es exactamente lo que ha hecho con ellos. Mejor que valga la pena verlo.