Preferiría morir

James llegó al pasillo superior y se detuvo frente a la habitación de Caryn. Eric abrió la puerta para él, lo dejó pasar y luego la cerró detrás de él.

James vio a una mujer de pie junto a la ventana, de espaldas a él. Llevaba un vestido suelto, simple, blanco roto hasta los tobillos con un cárdigan azul claro y cálido drapéandolo. Su cabello castaño, salpicado de mechones grises, estaba recogido en un moño suelto en la nuca. Su esbelta figura mostraba las evidencias del calvario que había soportado durante los últimos meses desde su cirugía.

Ella percibió la presencia de James en la habitación pero no se volvió para mirarlo. En cambio, preguntó —¿Por qué estás aquí?

—Eres lo suficientemente inteligente para saberlo —él respondió, manteniéndose a distancia.

—No, no lo sé. Y tampoco tengo ganas de saberlo —ella replicó, su tono despectivo.