En el coche en movimiento, Natalie apenas podía creer lo que estaban haciendo, había ido más allá de simplemente besarse como antes. Justin había desabrochado su vestido por la parte de atrás, deslizándolo hacia abajo de su pecho, dejándola expuesta a sus manos rebeldes.
En lugar de sentirse avergonzada, Natalie lo besó, sintiéndose empoderada mientras tomaba la iniciativa, montándolo cómodamente. Sus manos recorrían su cabello, aferrándose a él mientras mantenía su rostro inclinado hacia arriba, permitiéndole besarle tanto como quisiera mientras se inclinaba hacia él.
Mientras tanto, sus manos vagaban con brusquedad por su piel desnuda, amasando y agarrando, dejando ligeras marcas rojas a su paso. Cuando finalmente se separaron, sin aliento, ella susurró contra sus labios —Si lo hacemos aquí, nos oirán.
—Hace un tiempo, les di auriculares de cancelación de ruido de alta calidad. Estoy seguro de que los están usando —respondió él, con voz profunda y ronca.