Natalie y Justin entraron al salón de eventos después de pasar por la farsa de numerosos flashes y lentes que capturaban cada uno de sus movimientos fuera del lugar. Era como si hubieran cruzado un vasto océano de luces parpadeantes.
La pareja lucía increíblemente llamativa mientras caminaban juntos, complementándose perfectamente el uno al otro.
Natalie llevaba un glamuroso vestido de noche negro, largo hasta el suelo, con un escote de un solo hombro. El corpiño y la parte superior de la falda estaban ricamente adornados con lentejuelas plateadas y cuentas intrincadas, creando un efecto visualmente cautivador y lujoso.
Debajo de las caderas, el vestido se transformaba en una falda de tul ligera y fluida que añadía volumen y suavidad, dando al vestido una silueta similar a la de una sirena. El tul transparente añadía una calidad etérea y soñadora al diseño, contrastando delicadamente con la parte superior profusamente decorada.