—Me escucharon bien —dijo Justin, dirigiéndose a la multitud atónita—. Soy ese niño adoptado y ese amable empresario es James Harper. Soy Justin Harper, el hijo adoptivo de James Harper. Pero desde hoy en adelante, estoy renunciando a esa identidad. Viviré como Aiden Handrix—el CEO de NextEra Corp—como siempre he deseado hacer. Eso también significa que renuncio a ser el CEO global del Grupo Harper.
El salón cayó en silencio ante su clara y poderosa declaración.
Los Fords y los Browns quedaron una vez más en completo shock, incapaces de procesar lo que se acababa de revelar.
Si quedaba algún último resquicio de esperanza aferrado a la ilusión de Justin Harper, ahora había sido completamente destruido.
Ya no había un Justin Harper.
Justin se apartó del podio y James Harper tomó su lugar.