—Cuando amanecía, hablarían, compartiendo historias y sueños, y su risa llenaba este pequeño patio. La parpadeante luz de vela que emitía un cálido resplandor sobre su hambre la noche anterior, iluminando los lazos que parecían inquebrantables, daría paso a algo más fuerte.
—FengLi, Hermano Jian y Dong Yang ya no serían solo individuos; una vez más decidirían convertirse en una unidad, de la manera más real. Un equipo que podría enfrentarse a cualquier desafío que deparara el futuro... excepto la muerte. No podían luchar contra la muerte.
—Nadie podía, no mientras se era mortal. Pero todos ellos perseguían la inmortalidad, ¿no es así?
—Mientras Xu Feng los observaba, sentía una sensación de paz, pero sabía que era solo la calma antes de la tormenta. Era parte de este viaje, parte de esta historia en evolución que eventualmente se rompería años después. El pasado, presente y futuro estaban entrelazados, y al mismo tiempo, él estaba tan desapegado de todo.