Lealtad, Parte Cinco

Un carruaje real.

Melisa todavía no podía creerlo. Sin embargo, aquí estaba, sentada en un carruaje dispuesto por la Reina Aria misma, viendo la ciudad pasar por afuera de su ventana.

«¿Quién lo hubiera pensado?», se sonrió a sí misma. «Hace un año intentaba hacerme arrestar por matar a su madre, y ahora...» Suspiró. «No, no, Mel. Supéralo. Si ella quiere dejar eso atrás, tú también deberías hacerlo.»

El periódico en su regazo la devolvió a la realidad. Ahí estaba, justo en la primera página:

«MÁS ATAQUES DE INSURGENTES NIM AL DISTRITO NOBLE - Mansión de la Antigua Hechicera de la Corte Incendiada»

Sí, el ataque a la mansión de Javir había llegado a las noticias. Era fácil olvidarlo, ya que Melisa solo veía a Javir como un profesor sarcástico y nada más, pero como había dicho antes, ella era la antigua hechicera de la corte. Ella, como Melisa estaba comenzando a ser ahora, era algo así como una celebridad.