Lealtad, Parte Seis

—¿Te encontraste con Aria? —Isabella casi se atraganta con su pastel del desayuno. La mañana después de la charla de Melisa, ella y sus amigos estaban acurrucados en uno de los rincones del patio de la academia, con el sol de la mañana apenas asomándose entre las nubes.

—No actúes tan sorprendida —Melisa rodó los ojos—. Ahora puede ser reina, pero sigue siendo la misma Aria que nos ayudó a derribar a los Magos de las Sombras. Además, alguien tenía que hacer algo sobre estos ataques y, bueno, ¿quién mejor para acudir que la propia gobernante de Syux?

—¿Y? —Cuervo se inclinó hacia adelante—. ¿Qué dijo?

—Ella quiere trabajar juntos. En silencio, eso sí —Melisa miró alrededor antes de bajar la voz—. Digo, con todo lo que está pasando, estar demasiado cerca de un nim probablemente sería una mala imagen para todos los humanos en la ciudad.

—Política —Isabella resopló—. Uno pensaría que salvar el reino te ganaría algo de crédito público.