«Vale, piensa rápido», pensó Melisa, luchando con el alcohol y la excitación. «Primero la misión, luego el coño. Solo... tengo que inventar una excusa...»
—De hecho —empezó a decir, pero la mano de Vira ya se había deslizado entre sus piernas, y joder, eso se sentía muy bien.
«No no no, ¡concentración! Primero la nim sospechosa, lo de ser manoseada por la desconocida caliente, después.»
—Necesito... —Melisa lo intentó de nuevo, pero la otra mano de Vira había encontrado su pecho y estaba haciendo algo absolutamente mágico con su pezón a través de la ropa.
«Esto es ridículo. Soy una maga entrenada. He luchado contra Magos de las Sombras. Puedo manejar a una chica nim cachonda.»
Entonces Vira le susurró al oído:
—Quiero saborear tu coño.
«... Que se joda la misión.»
Justo cuando Melisa estaba a punto de rendirse completamente, un alboroto en el cuarto trasero captó su atención. La puerta se había abierto brevemente, y vio algo que hizo que su sangre se helara.