La noche había caído para cuando lograron regresar al campamento. Los músculos de Armia gritaban con cada movimiento, un efecto en cascada de dolores que resultaban de bloquear golpes que podrían haber hecho añicos la piedra.
«Esos darianos...», Armia pensó mientras se movía. «Nunca había visto darianos tan... tan grandes.»
Los curanderos avanzaban lentamente de una persona a otra. Armia se dio cuenta entonces de que, cuando creces rodeada solo por hechiceros, olvidas que la magia no es algo que cada persona hace, como ella había hecho.
Claro, muchas personas conocen uno o dos hechizos importantes que usan en su vida diaria, pero uno, no todos tienen mucho de Esencia, y dos, lanzar hechizos es difícil. Un mago en formación comete un error en el proceso y falla. No todos están dispuestos a comprometerse a convertir el lanzamiento de hechizos en un proceso automático como ella y sus amigos lo habían hecho.