Lealtad, Parte Cincuenta y Seis

El caos estalló como una botella de alcohol barato agitada.

Los clientes se precipitaron hacia las salidas, derribando sillas y mesas en su prisa por estar en cualquier lugar menos en el radio de explosión de lo que claramente estaba a punto de costarles la vida a algunas personas, si es que no lo había hecho ya.

Melisa mantuvo su mirada fija en Koros, pero su visión periférica captó a Vira agazapada detrás del mostrador de la barra. No huyendo, solo... escondiéndose. Observando.

—¿Qué diablos está haciendo? ¿Acaso puedes...?

—¡Atrapadla! —bramó Koros, su rostro contorsionándose de ira.

—Mierda. —susurró Melisa.

Tres matones más se lanzaron hacia ella desde diferentes ángulos. Melisa giró para dibujar un signo de conjuro, pero esa distracción hizo que uno de ellos la alcanzara. Un puño carnoso se balanceó hacia su hombro.