El Artefacto, Parte Ocho

La luz de la mañana se filtraba a través de las ventanas de vidrieras de la academia mientras Melisa se apresuraba hacia la oficina de Javir. Los estudiantes se apartaban ante ella, algunos susurrando lo de siempre al pasar. Infame mago nim, defendió a la reina, yada yada.

Más que en cualquier otro momento, sin embargo, Melisa estaba increíblemente consciente de su proximidad a estos susurros.

«No me toques, no me toques, no me toques», pensaba Melisa, acelerando su paso y manteniendo las manos firmemente escondidas en sus mangas. Después de su vistazo accidental en la mente de la Reina Aria ayer, no estaba dispuesta a correr riesgos con el contacto casual.

Continuamente, su mente seguía corriendo con las implicaciones de lo que ella y Cuervo habían discutido. Si el propósito del disco era revelar secretos, ¿había un número específico que necesitaban recolectar? ¿Un tipo específico de secreto? ¿O había algo más en lo que estaban fallando?