Eva lentamente se quitó los tacones mientras comía la sopa con una mirada ausente en su rostro. Su silla siempre había estado más cerca de Damien. Pero nunca había pensado que algún día estaría agradecida por ello.
Sus pies buscaron las piernas de él. Y utilizó el dedo gordo del pie para subirle más los pantalones hacia su piel. Sabía que él tenía los pies sensibles.
Le hace cosquillas cada vez que ella los toca, pero también lo excita. Como era de esperarse, se congeló en su lugar cuando su primer dedo lo tocó. Sus ojos parpadearon y la miró por el rabillo del ojo.