Gemidos de alucinaciones 3

—¿Incluso el niño? —había preguntado él, pero ella no escuchó odio en esa voz. Pero sonaba como la desesperación de un niño asustado y ella sonrió.

—Incluso el niño —había asentido ella y no eran palabras falsas para asegurarlo. Aunque el niño hubiera pertenecido a Damien. Él sería el primer hombre en su vida.

El niño llegaría mucho después. Ella no sabía qué vio él en su cara cuando asintió y desvió la mirada.

—¿Qué dijo Hazel después de que me fui? —preguntó Eva, aclarándose la garganta. Estaba segura de que esa mujer tenía mucho que decir cuando Eva se comportó como una mujer descarada delante de todos.