Una Elección

—Lady Hazel, has tomado la decisión correcta. —Felipe pasó otra copa de vino a Hazel. Era la cuarta copa y ella quería rechazarla, pero sabía que era el costo de sentarse en esta mesa.

Había dejado la habitación cuando Damien no le ofreció un asiento. No podía soportar la mirada de triunfo en el rostro de Eva. Pero allí encontró a Felipe caminando con dos mujeres. Él le ofreció un asiento y ella lo aceptó felizmente. Desde entonces sus manos habían alcanzado la de ella tantas veces que perdió la cuenta. Le picaban las manos por empujarlo y le tomó toda su fuerza seguir sonriendo.

El Príncipe Felipe, el único hermano del Rey Carmen, tenía una posición tan fuerte que las mujeres caían por él todos los días. Era guapo, gentil, amable e ingenioso. Tenía todas las cualidades que atraerían a una mujer, pero a Hazel no le gustaba. Para ella, solo había un hombre en el mundo. ¡Ese es Damien!