Prepárate para la guerra

—Él no pudo matar a mi madre. —Lágrimas llenaron sus ojos mientras Alric le contaba toda la historia, desde el día en que había conocido a su madre hasta cómo murió. Eva apretó su vestido con fuerza, pero no se atrevió a llorar, temerosa de que Damien se culpara aún más.

—Él solo era un niño. ¿Cuánto poder podría tener para matar a mi madre cuando ella era tan fuerte? Debe haber sido su propio deseo. Ella dejó ir sus poderes y aceptó su muerte. Y en el proceso, lastimó a Damien. Lo obligó a cargar con la culpa y a sufrir durante años. —Ella tomó su mano, sorprendiéndolo.

Sus ojos estaban abiertos de par en par, mirándola como si hablara un idioma extranjero.

Alric la miraba con una expresión compleja.

—Yo… nunca me he perdonado por esto. No necesitas actuar… —Damien comenzó, pero Eva simplemente presionó su mano sobre él con más fuerza.