¿Un Vasallo o Más?

—¿Parte de ti? —Eva frunció el ceño—. ¿Qué significa eso?

La chica esbozó una sonrisa impotente. En lugar de caminar hacia Eva, dio un paso atrás y se sentó en la cama.

—¿Abragam no te dijo nada? —La forma en que pronunció el nombre del cardenal, como si fuera un niño, hizo que Eva tragara saliva.

—No confío en él. Y tampoco confío en ti. ¿Qué estás haciendo aquí? —la mujer arqueó una ceja mientras miraba a Eva con absoluta sorpresa.

—¿Por qué? Me llamaste con desesperación. Por supuesto, estoy obligada a responderte. Tu madre me tenía miedo, y tú también. Pero nunca os he hecho daño a ti ni a ella. He intentado salvarla hasta el final. Y ella usó mi propio poder contra mí. Creó un sello en ti para hacerme daño. —Los ojos de la mujer brillaron con rabia, pero los cerró y suspiró.