Un Piso Más

La mandíbula de Gu Luoxin cayó mientras miraba el huevo redondo y liso. —¿Q–Quién?!

Jin Jiuchi le lanzó una mirada condescendiente como si fuera un niño física y mentalmente discapacitado. —Es Toki, obvio. ¿Lo recuerdas? ¿Nuestro verdadero guía turístico?

—¡Te oí perfectamente desde la primera vez! —Gu Luoxin tartamudeó sorprendido. Estaba tan atónito por la revelación que no prestó atención al tono burlón de Jin Jiuchi—. Quiero decir… ¿cómo? ¿Cómo puede nuestro guía turístico ser un huevo? ¿Cómo puede un huevo ser nuestro guía turístico? ¿Estás seguro de que tu información es confiable, Da Shen? —Gu Luoxin casi se arrancó el pelo mientras lidiaba con la desconcertante realidad frente a él.

Noir también mostró una expresión igualmente dudosa. Era evidente que la credibilidad de Jin Jiuchi estaba en su punto más bajo dentro del grupo. Si hubiera sido Shen Nianzu, si hubiera señalado un árbol al azar y lo hubiera llamado Toki, Gu Luoxin podría haberle creído de verdad.