Iban a morir. ¡Realmente iban a morir esta vez ahh! Esa era la única idea que pasaba por la mente de Gu Luoxin mientras el enorme tiranosaurio se cernía sobre él. Se decía que alguien revivía los eventos importantes de su vida una vez que estaba cerca de la muerte, pero la mente de Gu Luoxin estaba aterradoramente en blanco en ese momento. Solo podía concentrarse en la magnífica vista de la antigua criatura cobrando vida ante sus ojos. Apenas se dio cuenta cuando las ramas colgantes dejaron arañazos superficiales en su rostro.
«¿Se supone que debe ser tan grande?», pensó aturdido.
El rugido de la criatura resonó similar al grito angustiado de un espíritu maligno desde las profundidades del infierno, y su aliento apestaba del hedor pútrido de sangre, podredumbre y muerte. Con un solo pisotón trueno de sus patas enormes, una gran área del bosque fue arrasada en un instante, árboles devastados al suelo.